jueves, 27 de julio de 2017

Crónica de un despale indiscriminado


Érase una vez allá por el año de 1950; 8 millones de hectáreas recubrían el territorio nacional, se le conocía a Nicaragua en los años 70´s como el granero de Centroamérica bajo el gobierno del general Somoza, cada año en nuestro país pasan a la historia 3,7 millones de hectáreas de bosque, afectando directamente la cadena alimenticia y los recursos hídricos.

Las razones por las que Nicaragua pierde sus bosques son variadas pero en la actualidad destacan las mafias madereras, los incendios forestales y las plagas como la del gorgojo.

“Nicaragua ha consumido casi el 60 por ciento de sus bosques”, sostuvo Lara, presidente del Foro Nacional de Reciclaje (Fonare).

Asimismo, precisó que después del manejo adecuado de la basura, el uso de los recursos forestales es uno de los tensores más significativos para este país.
En 1950, Nicaragua contaba con 8 millones de hectáreas de bosques naturales, pero en la actualidad solo cuenta con 4.3 millones de hectáreas.

La situación se ve reflejada  en la afectación a la cadena alimenticia, los ecosistemas, ríos, lagunas y mares e inclusive la calidad del agua subterránea, a causa de la sedimentación que se produce con el despale indiscriminado.

Por su parte, el científico Jaime Íncer Barquero, presidente de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Sostenible (Fundenic-SOS),  considera que este país ha perdido su cobertura forestal por tres causas: la destrucción del bosque tropical seco en el Pacífico debido a la expansión de la agricultura, los incendios forestales y el despale indiscriminado en los bosques naturales.

 Cifras oficiales indican que la Reserva de Biosfera Bosawás ha perdido 970.81 kilómetros cuadrados de bosque en la zona núcleo, lo que equivale al 12%.
Bosawás mide 19,926 kilómetros cuadrados y representa el 15.25% de la superficie total de Nicaragua.
Como consecuencia de la deforestación, Nicaragua ahora cuenta con suelos erosionados y un subsuelo contaminado, mientras que las aguas subterráneas están sometidas al uso de agroquímicos cada vez más agresivos.
                                                                           
En tanto, en el centro y norte del país la deforestación se ha dado a causa de la plaga de la roya, que afecta los cafetales y que obligó a los productores a talar bosques en las montañas.

Para 2020, advirtió Lara, en el occidente del país podrían existir algunos sitios desérticos, mientras que en el Caribe la frontera agrícola podría expandirse aún más.
“En el Caribe la afectación a los humedales o manglares hace la diferencia, porque están en vías de extinción debido a la camaronicultura, la extracción de tintes, construcción de ranchos e incluso el uso doméstico en forma de leña; estos ecosistemas son muy vulnerables. El 60 por ciento de la vida marina tiene su origen en los manglares", manifestó Lara.

En ese sentido, Íncer Barquero aseveró que el despale pone en peligro a las reservas de agua y la fauna.

Otro síntoma, señaló, es la alteración del clima, ya que las zonas deforestadas se vuelven secas y más calientes en verano, afectando de manera directa a personas hipertensas y con riesgos de padecer un infarto.

Las lluvias en invierno también disminuirán, dañando los cultivos y los mismos bosques, mientras que cada vez es más notable la desaparición de algunas especies como las guatusas, guardatinajas, jaguares, entre otros

Lara dijo que hay esfuerzos para rescatar los bosques y este año proyectan que mediante un plan ejecutado por las alcaldías, el Instituto Nacional Forestal, los bomberos, Policía Nacional y Ejército de Nicaragua reducir en un 20% el despale.

“En 2013 se hicieron campañas de reforestación, con una meta de 6 millones de árboles plantados. En 2014 fue de 11 millones y para este año se tiene contemplado plantar 20 millones” entre el Estado y la empresa privada, explicó Lara.

Según el Instituto Nacional Forestal (Inafor), desde 2011 Nicaragua ha bajado en 9.6% la deforestación.

En tanto, William Schwartz, director del Inafor, expresó que según el Inventario Nacional Forestal el promedio de deforestación fue de 63,270 hectáreas entre 2011 y 2013, mientras que entre 2000 y 2005 la media era de 133,000 hectáreas anuales.

La situación en Centroamérica

Comparación • Mientras en Nicaragua el promedio de deforestación anual es de 80,000 hectáreas, en Honduras la cifra es de 86,000 hectáreas, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Las estadísticas de la FAO indican que el consumo anual de leña en Honduras alcanza los seis millones de metros cúbicos y el 70 por ciento de eso (4.2 millones de metros cúbicos) proviene de los bosques latifoliados.


Por su parte, el último informe del Instituto Nacional de Bosques, de Guatemala, indica que en ese país cada año se pierden 146,000 hectáreas.

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